De todas formas hay que entender que vivimos en tiempos acelerados, de muchas prisas, donde todo es urgente y la paciencia tiene un límite cada vez más corto. Entonces es dificil pensar el motivo que lleva a una persona, no ya a hacer pan, siquiera a montar una maqueta y por ¡todos los diablos! jugar con sus hijos. Yo he realizado muy pocos panes aún y seguramente con gran cantidad de meteduras de pata, pero el placer de descubrir nuevos sabores y hacer partícipe de este hallazgo a tus seres queridos más cercanos, vale todo el tiempo empleado. Naturalmente la gente es consciente del sabor de los alimentos con las tradicionales cocciones prolongadas, pero también nuestra "moderna cultura" ha dejado que la mujer sobretodo, pase de la exclavitud diaria de la cocina a realizar otras actividades que pueden ser igualmente enriquecedoras; la verdad es que no a todo el mundo le gusta emplear la mañana entera en realizar una comida que será devorada en cuestión de minutos por una "clientela" desagradecida. Luego está el componente económico, en los tiempos actuales, de vital importancia. No es lo mismo pagar unos céntimos por una barra de pan que hacerlo en casa con todo el gasto en materias primas, electricidad, etc. Naturalmente viene la pregunta, antes citada, ¿qué precio le pondrías al pan verdadero?.
Otra cosa curiosa es esto que se produce cuando realizas un pan de centeno, especiado, etc. y compruebas el resultado en otras personas (y en tí mismo). Al no tener una, digamos, "memoria" de pan con estos ingredientes, es dificil averiguar si este pan va a ser de tu agrado a simple vista; incluso después de la cata, se producen reacciones imprevisibles. Es como ver un plato con un huevo frito y al mojar con una miga de pan, observar que se cristaliza y que sabe a "sandía", por ejemplo (tomando un simil con la cocina experimental). Nuestros primitivos sentidos enloquecen y se hace necesario tener un gusto culinario de "mente abierta" para aceptar la gama de colores y sabores. Un pan negro, salado, acaramelado, con semillas de cilantro, no es la primera idea de pan que ronda en nuestro cerebro. Todo se andará.
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