uffff, no os puedo seguir el paso!
Que ilusión me hace que me leáis, de verdad. Aprovecho hoy que tengo fiesta y que estoy en casa sin ganas de salir para ponerme un poco al día.
Para empezar, quería deciros que si finalmente os decidís a venir desde lejos, podemos aprovechar y organizar algo no? Además de la obligada visita por el horno, pues podríamos aprovechar y hornear algo, o directamente una quedada panarra con gente del blog. El obrador está libre los sábados casi todo el día y los domingos por la mañana, así que no habría problemas para organizarlo!
Siguiendo un poco la bitácora de esta semana, pues a ver, claro que ya os podéis imaginar que no todo es un camino de rosas... esta semana ha sido especialmente estresante, aunque por razones ajenas al pan, afortunadamente! En fin, no me hagáis caso, simplemente que estos días me he sentido bastante abrumado, especialmente con el servicio técnico de una conocida empresa que nos ha suministrado la máquina para cortar pan. Nada que una charla amena como esta no haga olvidar.
Ayer fue un día (noche) especial en el obrador: cometí una locura. Ha sido un quebradero de cabeza lidiar con el calor y la humedad que tenemos, no baja de 31ºC sea día o noche. He ido tratando de ajustar la cantidad de masa madre, tratando de pillarla en el mejor momento (es increíble, la alimentamos a las 4pm y en dos horas estaba lista), bajando al límite la levadura en los panes donde ponemos, el pagès y las barras, y usando agua lo más fría que puedo, pero aun así las masas me hacen tener que ir rapidito. Pues bien, anoche me iba a quedar sólo un rato, así que decidí tratar de adelantar alguna cosa, y lo que hice fue cargar el horno de leña prontito; lo hice concienzudamente y con calma, para meter toda la leña posible. No siempre es fácil, es como jugar tetris, pues si te descuidas, con un tronco grande llenas media fogaina. Más tarde, cuando encendí el horno, me olvidé de él y seguí a lo mío, con las masas. Ultimamente hago las barras al final, pues fermentan a la velocidad de la luz. Bien, cuando tenía casi todo listo y las barras pedían a gritos entrar al horno, fui a mirar la temperatura y había 350º. El horno había subido solito hasta esa temperatura, sin ninguna ayuda, qué importante es llenarlo bien con mucha leña! Decidí limpiarlo a fondo, mojando el cepillo para tratar de sacar lo máximo de cenizas... y finalmente decidí meter las barras al horno primero que todo lo demás, cuando todavía el termómetro marcaba 300º. Hicimos vapor y dejamos pasar unos 5 minutos, luego metimos el pan, cuando el horno marcaba unos 270º-280º!!!
Resultado: unas barras preciosas, hinchadas hasta el límite, con un color complejos y tonos dorados. El pan también parece haberse beneficiado del calor extremo. Pienso que el oven spring es más bestia a mayor temperatura, sin pasarse. Eso si, abrí el tiro antes de tiempo y también la puerta, para que el pan pudiese estarse su tiempo necesario dentro, y no quedase blando.
Hace un rato pasé delante de una de las panaderías que hay cerca de nuestro local, y pude ver unas barras muy chulas, grandes, con cortes perfectos y bien greñados, con la cantidad exacta para que la harina dejase un rastro pero sin molestar, y sentí muchos celos. Ya se que no soy un panadero típico, no vengo de una escuela de panadería y nunca me enseñaron a hacer barras, pero sentí celos de esas. Es una tontería, porque las nuestras son muy originales, de sabor me gustan y la forma no es horrible, pero no se, me voy a esforzar más en el formado y en lograr esos cortes tan bonitos. Mmmmm por cierto, no se si tengo alguna foto por aquí... voy a buscar!
Besos o abrazos, o besos y abrazos según convenga, gracias de nuevo por tomaros el tiempo de pasar por aquí!!
Adjuntos: |
IMG3042.jpg [ 126.81 KiB | Visto 4877 veces ]
|
IMG3041.jpg [ 149.08 KiB | Visto 4877 veces ]
|
|