Es interesante lo que comenta Javier.
Realmente, seguro que la mayoría compartís o habéis experimentado lo siguiente: cuando haces pan en casa, cuando te interesas por el pan, lo entiendes, lo respetas, automáticamente te conviertes en prescriptor de los tuyos, de tu círculo. De repente, sin quererlo, seguro que la gente te pregunta acerca de harinas, panes, panaderías, ya que es un tema que te interesa más que a la media y te tienen por voz autorizada. No sé si es pasarme, pero yo apelaría a un cierto "sentido social" que tiene la gente que ama el pan. Tenemos que movernos e intentar que el aprecio por esto se difunda; que no se quede en modas, maquillajes y tonterías. Hace 30 años el aceite de oliva estaba denostado; hoy en día figura como la cúspide de "la dieta mediterránea" (lo que sea que eso quiere decir), la gente lo valora. Estamos en un periodo realmente delicado para el pan, creo que es un deber de los que lo amamos el difundirlo, el preocuparnos, el batallar por ello. Dentro de las posibilidades de cada uno; y sobre todo luchar contra la tontería, la impostura y la mentira (y la desinformación).
Hala, que a gustito me he quedao
Tenemos que hacer que las cosas que nos interesan (que muchas veces quedan entre los pocos que participamos en el foro, o de manera secundaria entre los muchos que lo leen) lleguen a trascender; que hablar de pan sea algo mayoritario, pero hablar del buen pan, de los valores que hacen un buen pan, de todo lo que lo rodea, de las gentes del pan, etc.