Hola.
Soy Armando Soto y les escribo desde México. Yo llevo muy poco tiempo preparando pan. De hecho, todo comenzó hace apenas unos pocos meses,un día que llegué a casa en la noche y no teníamos nada para la cena, ni era posible comprar nada. Buscando, encontré que teníamos un poco de harina y, por alguna razón, se me ocurrió preparar churros. Así, me puse a buscar en internet cómo hacerlos y no creía que fuera tan sencillo, por lo que leí varias recetas. Al darme cuenta que ninguna usaba nada especial, decidí probar y me llevé tremenda sorpresa al descubrir lo fácil que era obtener unos churros muy ricos. Luego probé a preparar conchas. Eso ya fue más complicado, pero al final quedaron deliciosas, aunque yo terminé agotado (pagué mi novatada en el proceso de amasado). Más o menos por ahí fue que, afortunadamente, encontré los videos (en México pronunciamos grave la palabra) de Iván en el programa de Robin Food. Lo más increíble fue que me atreví a comenzar con el pan de masa madre y logré producir una hogaza tan sabrosa que la devoramos antes de que se enfriara siquiera (Casi 1 Kg de pan entre 4, bueno, entre 3, pues mi esposa por poco y ni la prueba). Luego probé hacer algunas de las demás recetas de esa sabrosa serie de programas con Robin Food, lo cual incluyó, desde luego, el pan de molde. Nunca había comido un pan de molde tan rico. Sobra decir que desde que comencé a preparar las hogazas (y demás panes enseñados por Iván), nunca más hemos comprado pan en una panadería, ni mucho menos uno de los de Bimbo, la trasnacional mexicana productora de pan. Bueno, sí. Un día tenía flojera de preparar y compramos un pan integral de Bimbo. ¡Agh! Sentimos que mordíamos una caja de cartón. Hasta nos sentó mal al estómago. Quiero comentar que elaboro el pan de molde ya de manera rutinaria, al menos una vez a la semana (vairas piezas cada vez) y he modificado un tanto la receta. En lugar de preparar la masa madre con harina blanca, agua y 2g de levadura, uso 2/3 de harina blanca y 1/3 de integral, el agua y cero levadura. No meto a la nevera la masa, sino que la reposo a temperatura ambiente todoo un día. Aquello queda de verdadero agasajo. La fermentación es fabulosa y me cuesta trabajo para no comerme la masa madre así, cruda, antes de preparar el pan. En la última parte también uso un poco de harina integral, aunque ya en menor proporción y lo demás como lo enseña Iván. El resultado es un pan delicioso, con una mordida fabulosa, un aroma de locura y que va bien con todo. Uno de mis hijos hasta lo usa para remojarlo en el café o el chocolate. A mi esposa y a mí nos encanta con menaish. Y claro que de vez en cuando replico el súper sandwich que preparan Iván y Robin Food con huevo estrellado. ¡Cómo se desfruta la yema corriendo entre los dedos! Y claro, a partir de la primera preparación de una hogaza, pocas cosas disfruto tanto como comunicarme con la masa. Hasta he logrado identificar cuando le falta trabajo, reposo, o agua, tan solo de sentirla. ¡Jamás me hubiera imaginado haciendo pan antes de diciembre (fue cuando lo de los churros). Así que acá ando, a ver qué puedo compartir de mis aventuras panarras y, por supuesto, dispuesto a aprender de todos los ciudadanos virtuales de esta comunidad.
Saludos a todos.
|