Pues pueden ser varias cosas.
Que sencillamente el pan llegara un pelín sobrefermentado al horno. De esta manera, no le quedaba "chicha" para expandirse con la fuerza suficiente como para greñar, por más que tú pusieras todo de tu parte (temperatura y humedad).
Que la masa fuera demasiado líquida. Si la masa tenía demasiada agua, el efecto sería parecido, por más que tú hagas, no abrirá como una barra (es lo que pasa, por ejemplo, en la ciabatta).
"Cosas que suceden" en las masas de larga/problemática fermentación. Sin saber las características detalladas de la fermentación, a veces las harinas sufren mucho, fermentaciones largas, actividad enzimática desatada por el calor y la humedad de la masa (proteasa), etc. Esto podría hacer que un pan que otro día has hecho poco-más-o-menos parecido, un día dado, si se junta todo esto, no funcione igual.
Harina. ¿Qué semolina has usado? He hecho panes con harina de semola
rimacinata, que es muy muy fina, y con una hidratación similar han greñado; no obstante, hay sémolas cuyos gránulos son más gruesos, y posiblemente no ayuden a crear un pan con gran greña.
No sé si te ves reflejado en alguna de estas