La evaluación de mi segundo intento, que acabé el lunes, me deja todavía más dudas que con las que acabé después del primero, que no fermentó como se suponía.
En este segundo, sí que usé la doble caja, cuya importancia había señalado Guillermo, para que la masa se enfríe más lentamente. Sin embargo, al cabo de 24h., como se ve en una foto que puse varios mensajes atrás, la masa apenas se había movido. Ni mucho menos había doblado.
No sé si debe atribuirse a las cajas, porque no se trata realmente de túpers, sino más bien cajas de almacenamiento y que no cierran herméticamente. Lo dudo. De hecho, se parecen bastante a las que se ven en el vídeo de Boudet: ya sabéis, esas cajas que pone Tatay y ocupan media nevera. Las usos para guardar las harinas y alguna otra andrómina de hacer pan.
Quizá fuera el punto en que se encontraba mi masa madre, con poco menos de cuatro horas, pero después de varios refrescos cortos. Con esa madre he levantado panetones, pero es posible que, con el frío de estos días, las levaduras estén más perezosas. Lo cierto es que mi cocina suele estar muy fría y que, aunque usé agua tibia esta vez, la masa estaba a unos 20º al acabar el amasado y así se fue a la nevera.
A las 48h., el pan parecía muerto, así que lo tuve sus buenas 4h. en la parte más caliente de la casa para que moviera. Movió, pero poco, y al final horneé, porque ya era tarde y había que resolver.
El pan no estaba malo, pero sí más acido que el primero, y diría que en la parte superior del pan, la que está en el banetón más “abrigada” porque está en contacto con la madera, se notaba que había habido una fermentación mayor que en la base del pan, que está al aire en el banetón y que estaba más apelmazada. Todo esto no sé bien si no me lo imagino, la verdad.
En conclusión, un pan difícil, para mí, y que pasará algún tiempo hasta vuelva a intentarlo. Toy frustrao.