Veréis que soy muy nuevo en esto, y saltó a la vista cuando cambié de harina. Os pongo en tesitura. Me gustaría contaros todo lo que he hecho hasta ahora (que es muy poco) para saber si es por algo que he hecho mal, o es culpa del horno (el horno y yo tenemos una relación de odio indescriptible)
Hace unos días comencé a hacer mi primer pan con harina de fuerza. la receta que vi y realicé fue:
1kg de harina de fuerza 650gr de agua 5-10gr de levadura (tiro por lo alto sin llegar a 9) 18gr de sal
Me puse a ello y en principio no tuve problemas. Mezclé todos los ingredientes excepto la levadura. Me preocupé cuando se me pegaba demasiado, pero la amasé con fuerza (tantas que me salieron agujetas...) y problema solucionado. La amasaba en torno a 10min y la dejaba reposar otros tantos. Fueron un total de cuatro reposos aproximadamente. No se pegaba a la mesa ni a las manos, así que supuse, según decía la receta, que estaba bien. Tras eso la levadura (fresca) y amasar otro rato. El reposo siguiente fue de 5 horas.
Tras eso hice las formas de pan (un poco cutres) los cortes pertinentes a la masa y al horno (precalentado a 230º centígrados, no bajé los grados en ningún momento). Tengo un horno de esto pequeños, bastante cutrillos por desgracia, y hay que tener cuidado porque casi quemo el primer pan cuando comenzó a levar y chocó contra la barilla superior (unos humos en la cocina de espanto) El resultado fueron cuatro panes, de forma un tanto abstractas, de buena miga, aunque la corteza un pelín dura por desgracia. Aún así comestibles.
Al día siguiente compro harina de trigo y repito exactamente el mismo proceso. Mis brazos y yo nos sorprendimos lo fácil que es amasarla y todo parecía perfecto, divino, precioso, hasta que salieron del horno. Me encuentro con un pan dorado, duro cual roca, y en su interior una masa cruda, semisolida. Metí otro pan, esta vez dejándolo menos tiempo. Este ni siquiera levó por fuera. Lo que hice tras ello fue guardar el resto de la masa hasta el día siguiente (a temperatura ambiente) He de confesar que es más que seguro que halla metido la pata, pero para asegurarme le eché un poco más de agua a la masa. Curiosamente esta vez si que levó, pero el resultado por dentro seguía siendo el mismo monstruo amorfo.
No se por qué razón me salieron los de harina de fuerza, y estos con harina de trigo no. ¿Alguien podría ayudarme al respecto? No paro de preguntarme si será el horno maldito que cocina bien unas cosas si y otras no (ya me ha pasado antes con otras comidas) si es que la receta con harina de trigo es distinta a la de fuerza, no lo se. La masa de harina de trigo parecía tan bien, homogénea, lisa, suave al tacto, casi no se pegaba.
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