Pues eso, se trata de un pan cuyo líquido de hidratación es agua de tomate. Para obtener el agua, tendremos que triturar los tomates y, después de un proceso fácil y en frío, obtendremos por un lado la pulpa y por otro lado el agua.
Empezamos eligiendo unos tomates rojos y maduros, pero no demasiado tiernos. Los trituramos en nuestra batidora (en mi caso thermomix, pero vale cualquiera) junto con una cucharadita de azúcar y otra de sal. Es muy importante añadir sal y azúcar al batido porque esto facilitará que el agua se separe de la pulpa.
Una vez triturado, lo dejamos descansar dentro del vaso de la batidora durante 2 ó 3 minutos. Pasado este tiempo pasaremos el tomate triturado con mucho cuidado a un colador grande que previamente hemos colocado sobre un recipiente en el que va a depositarse el agua que soltará el batido. Con el tomate ya en el colador, lo dejamos reposar sin tocarlo durante 5 minutos (en este momento ya empezará a soltar agua). Pasado este tiempo podemos mover el batido con una cuchara para facilitar que suelte agua. Este proceso de mover con una cuchara habrá que hacerlo con cuidado para que sólo pase el agua y no la pulpa, hasta que notemos que ya no sale agua a través del colador (puede durar alrededor de 2 horas. Si, si, 2 horas).
En este momento tenemos la pulpa por un lado (en el colador) y el agua por otro (en el recipiente sobre el que pusimos el colador). Ahora es el momento de utilizar el tomate para una rica (o lo que se nos ocurra) y al agua podremos darle varios usos. En este caso va a se el líquido de hidratación que vamos a utilizar en la elaboración de nuestro pan, aunque podemos tomarla sola, con unas hojas de albahaca, unas gotas de limón... o hacer una gelatina de agua de tomate. Bueno, habrá que darle rienda suelta a la imaginación.
El resultado de emplearla como líquido de hidratación de nuestro pan, va a ser una pieza con un intenso sabor y olor a tomate, pero sin tomate; aunque a mi particularmente me pirra poderle además . No os podéis ni imaginar cómo está una rebanada de este pan en el desayuno simplemente regado con un chorrito de aceite de oliva...munnnnnnn... de locura. Y si le ponemos un buen jamoncito, ya para qué os voy a decir más.
La receta que yo he empleado es esta:
300 g harina panadera
100 g harina fuerza ecológica
100 g harina centeno integral
340 g agua de tomate
200 g MM trigo 100$ hidratación
10 g sal
Tanto el proceso de amasado como las fermentaciones son lo mismo que seguiríamos para la elaboración un pan básico tipo hogaza.
He hecho un segundo pan con la mitad de los ingredientes y al que he añadido 60 g de tomates secos. Una vez amasado, he incorporado los tomates haciendo pliegues para que los trocitos se mantengan enteros.
¡A disfrutar!
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