



Por los detalles, los refuerzos de cuero y las anillas, la mía parece que es el modelo del año 1931. En ella, además de pan, los soldados colgaban la cantimplora y llevaban sus provisiones básicas (ese tabaco apreciado en la trinchera, esa pastillita de jabón, esos...¡condones!). Bromas aparte, da cosa pensar a quién habrá pertenecido esto, qué panes habrá contenido y qué historias podría contar si hablara. (Yo pongo la oreja a menudo, por si acaso). Ahora, en el siglo XXI, yo la uso de bolso, llevo el smartphone, la cámara digital... qué cosa dan estas cosas.