Entre que Izaskun colgó hace ya unos cuantos días, y que cuando yo era pequeñajo me hice un hartón de comérmelos en un pueblo de la franja de Aragón de donde era mi abuelo, hoy he horneado un , y con la masa que me ha sobrado uno de frutos secos con miel y canela.
Todo ello me recuerda esos sabores de infancia que me hicieron ganar un buen volumen en su momento
(supongo que ahora ya no pasará).
Otro de los empanadones que se podían comer en ese pueblo (Peralta de la Sal), eran los de almendra. La masa era parecida al de calabaza, lo único que el resultado no era una masa tan húmeda. Llevaban canela, almendra molida un poco gruesa y azúcar, que durante el horneado se había desecho, dando como resultado un mordico crujiente y exquisito.
Ingredientes para la masa del empanadon (para el grande de calabaza y para uno pequeño de frutos secos)
- 500 g de harina ecológica Roca Fariners (75 % extracción)
- 85 g de aceite de oliva
- 85 g de leche (yo de nueces; puñetera lactosa)
- 85 g de azúcar blanco
- 125 g de agua infusionada con 15 g de anís
- 2 g de levadura seca de panadero
Una vez amasado, dejar fermentar unas 4 horas en bloque. Estirar, rellenar, plegar y hornear.
Para el relleno de calabaza
- 900 g de calabaza pelada y rallada con la mandolina
- 100 g de azúcar blanco
- 100 g de azúcar moreno
- 2 cucharaditas de canela
La calabaza la mezclamos con el azúcar y la canela, y la dejamos macerar unas 4 horas o mas. Antes de ponerla encima de la masa, la escurrimos, guardando el jugo que ha soltado. Rellenamos el empanadon, pincelamos con aceite de oliva, espolvoreamos con azúcar y canela, y horneamos 45 minutos a 180 ºC. A los 30 minutos pincelamos con el agua que hemos guardado de la calabaza, que a la vez tendrá el azúcar y la canela de la maceración. El resto lo pincelamos sobre el empanadon cuando salga del horno.
Para el relleno de frutos secos, misma cantidad de pistachos, almendras, nueces y avellanas. Todo machacado y le añadimos un chorro de miel.