Bueno, visto que nadie ha puesto nada (¿qué pasa, amigos baleares? Ya van a decir...

), pues pongo yo alguna cosilla.
Que conste que me da bastante reparo poner nada porque yo no conozco en absoluo las islas (más allá de un par de visitas), pero bueno, a ver si sirve para que se anime la gente.
En mi visita, la forera matalauva me obsequió con pan moreno de
Algaida, parece que en ese pueblo lo hacen de manera tradicional.
Era, curiosamente, menos "moreno" de lo que yo esperaba

Es un pan integral denso, jugoso, en el que la ausencia de sal ayuda a que emerjan con potencia las notas nítidas a cereal del bueno. Me gustó bastante. No parecía tener "complejos" en cuanto al formado (bastante rústico). También lo había en blanco, ambos con un aire de sencillez que personalmente me agradó bastante.
También probé unos llonguets del pueblo de
Esporles que tenían un sabor bastante intenso y dulzón. Me los regalaron un par de alumnas a un curso, y me dijeron que, aunque no eran los más bonitos de la isla, sí que eran los que más les gustaban. Curiosamente, estos llonguets (a diferencia de los que he visto en Barcelona) tenían la corteza brillante. También me trajeron pan moreno de
La Mallorquina, esto levantó el debate entre la gente del curso, ya que cada uno tenía su sitio preferido para comprar pan moreno. También gracias a los asistentes al curso pude descubrir un pequeño tesoro, el
Fornet de la Soca, una pequeña panadería y pastelería que ha abierto hace poco y que intenta recuperar las formas más tradicionales de elaborar los productos clásicos de la isla. El dueño, Tomeu, es en realidad psicoterapeuta, pero se ha reciclado debido a la crisis; es un entusiasta defensor de las variedades tradicionales de trigo y está empeñado en bucear en viejos recetarios en busca de las recetas en vías de extinción (o desaparecidas directamente). Probé su pan moreno, mucho más integral y denso que los otros que probé, y también su coca de patata (densa y jugosa) y su "cojín imperial", un bollito abriochado hecho con manteca que me parecio soberbio. El lugar me pareció memorable: no usan amasadora, amasan en tres lebrillos marrones y sólo usan productos de máxima calidad. No es barato, pero lo que probé me gustó. He hecho un pequeño apunte en mi blog "La memoria del pan",
aquí.
