El otro día, paseando por un rincón del Este de Londres por
el que habré pasado no menos de un millón de veces, descubrí (lo que es ir sin prisas) una fachada con 4 imágenes representativas de (imagino) la antigua dedicación del inmueble.
Se ve al pobre panadero llevando los sacos,
en la pesada labor del amasado (que para 1926, fecha que pone
en una de las esculturas, ya había buenas máquinas de amasar, sobre todo
en un Londres
en plena fiebre industrial). Después se le ve sacando del horno una preciosa pieza que parece un cottage loaf;
el típico
pan inglés
en dos pisos (nota mental; hacer una entrada
en recetas -o panes tradicionales- sobre
el cottage loaf y los panes
en dos pisos, pedir ayuda a los chicos de Madrid Tiene Miga). Por último, se ve al panadero con una bandeja llena de cottage loaves, preciosos, erguidos, como
el propio panadero, orgulloso. Si os fijáis, es la única de las 4 imágenes
en que
el pobre hombre no está doblando
el espinazo, ¿visteis?
Aquí una toma general del edificio.
Está a un paso de Liverpool St. Station, al lado de Brick Lane, por si vais.