Recetas con pan
Publicado: Vie 29 Oct, 2010 13:20
Hay recetas y elaboraciones que no son de pan pero que lo incluyen.
Y ya sea por su singularidad o porque el pan es un ingrediente importante, quizá merezca la pena hablar también de ellas.
Se ha comentado el caso del Kvass o la variedad de preparaciones en las que se utiliza el pan "duro" en las que se reaprovecha su potencial latente creando nuevas exquisiteces.
Entiendo también que puede ser un mundo muy vasto, así que por eso lo de seleccionar lo que tenga cierto "interés" por algún motivo (personal, antropológico, histórico, culinario, experimental...)
Por mi parte os acerco una "receta" de morcilla que es la que se hacía todos los años con la matanza del cerdo en casa de la abuela (en un pueblo del sur de Cantabria, rayando con Castilla).
Soy consciente de la mala fama de la sangre y la sospecha que sobrevuela sobre todo lo que suene a carnívoro, así que espero que no se me crucifique por atreverme a traerlo a colación.
Hay muchos productos y elaboraciones humildes exquisitas que merecen ser dignificadas, y ésta es una de ellas.
De hecho, mirando un poco en la red, me he dado cuenta que la morcilla con pan no es tan rara y se hace tradicionalmente en muchos sitios.
En España, si no me equivoco, se hace sobre todo en Castilla y León (y más en alguna zona del norte de León).
En Europa, por ejemplo está la Kaszanka, de Polonia, que se elabora con kasza, un trigo sarraceno de origen eslavo. También en Alemania se elabora el Wurstebrot, un embutido con sangre y centeno. O el Beutelwurt, de aspecto seco y con harina. (Según se cuenta en la Wikipedia)
En fin, ahí va la receta:
Ingredientes:
Para más o menos 50 morcillas.
1,5 l de sangre de cerdo
2 hogazas de pan (aquí se usaba de trigo con masa madre)
2 kg de arroz de grano redondo (tipo SOS, o paella)
3 cebollas grandes
1,1 Kg de grasa de cerdo
100 gr de sal gorda
50 gr de pimienta negra molida
120 gr de pimentón dulce
70 gr de pimentón picante
Tripas de cerdo para embutir
Preparación:
Cocer el arroz
Cortar el pan en finas lonchitas (como para sopas)
Sofreir la cebolla y la grasa
En una masera, mezclar los ingredientes: el pan, el arroz, la cebolla, la sal, la pimienta, los pimentones y la grasa.
Se echa la sangre
Se mezcla todo bien y se deja reposar.
Se prueba friéndolo en una sartén y se rectifica si es necesario de sal o especias.
Se rellenan las tripas con un embudo para morcillas, sin que queden demasiado prietas (si el arroz no está muy hecho se podrían romper al aumentar de volumen). Se cosen/atan con hilo fuerte.
Se cuecen en una olla o cazuela grande unos 20 o 25 min, no más porque se rompen.
Se pinchan de vez en cuando con una aguja fina de tejer para evitar también la rotura.
Se pueden comer tal cual, cocidas o fritas.
Una diferencia grande con las de solo arroz es la consistencia. De la misma manera que una rebanada de pan con masa madre no se demiga, una loncha de esta morcilla tampoco.
Bueno, esta receta, como comenté en otro ocasión, está traducida de puñados a medidas reproducibles. Lo hice la última vez que se hicieron hace ya varios años, interponiendo un peso entre el puño de las cocineras y la artesa. Puede que las medidas en otras ocasiones fueran otras, aunque seguro que no demasiado diferentes. De todas formas, cada cual puede ajustar a sus gustos. Según el dicho popular que repetía la abuela: morcilla hermosa (también sabrosa), picante y sosa.
Que os guste
Y ya sea por su singularidad o porque el pan es un ingrediente importante, quizá merezca la pena hablar también de ellas.
Se ha comentado el caso del Kvass o la variedad de preparaciones en las que se utiliza el pan "duro" en las que se reaprovecha su potencial latente creando nuevas exquisiteces.
Entiendo también que puede ser un mundo muy vasto, así que por eso lo de seleccionar lo que tenga cierto "interés" por algún motivo (personal, antropológico, histórico, culinario, experimental...)
Por mi parte os acerco una "receta" de morcilla que es la que se hacía todos los años con la matanza del cerdo en casa de la abuela (en un pueblo del sur de Cantabria, rayando con Castilla).
Soy consciente de la mala fama de la sangre y la sospecha que sobrevuela sobre todo lo que suene a carnívoro, así que espero que no se me crucifique por atreverme a traerlo a colación.
Hay muchos productos y elaboraciones humildes exquisitas que merecen ser dignificadas, y ésta es una de ellas.
De hecho, mirando un poco en la red, me he dado cuenta que la morcilla con pan no es tan rara y se hace tradicionalmente en muchos sitios.
En España, si no me equivoco, se hace sobre todo en Castilla y León (y más en alguna zona del norte de León).
En Europa, por ejemplo está la Kaszanka, de Polonia, que se elabora con kasza, un trigo sarraceno de origen eslavo. También en Alemania se elabora el Wurstebrot, un embutido con sangre y centeno. O el Beutelwurt, de aspecto seco y con harina. (Según se cuenta en la Wikipedia)
En fin, ahí va la receta:
Ingredientes:
Para más o menos 50 morcillas.
1,5 l de sangre de cerdo
2 hogazas de pan (aquí se usaba de trigo con masa madre)
2 kg de arroz de grano redondo (tipo SOS, o paella)
3 cebollas grandes
1,1 Kg de grasa de cerdo
100 gr de sal gorda
50 gr de pimienta negra molida
120 gr de pimentón dulce
70 gr de pimentón picante
Tripas de cerdo para embutir
Preparación:
Cocer el arroz
Cortar el pan en finas lonchitas (como para sopas)
Sofreir la cebolla y la grasa
En una masera, mezclar los ingredientes: el pan, el arroz, la cebolla, la sal, la pimienta, los pimentones y la grasa.
Se echa la sangre
Se mezcla todo bien y se deja reposar.
Se prueba friéndolo en una sartén y se rectifica si es necesario de sal o especias.
Se rellenan las tripas con un embudo para morcillas, sin que queden demasiado prietas (si el arroz no está muy hecho se podrían romper al aumentar de volumen). Se cosen/atan con hilo fuerte.
Se cuecen en una olla o cazuela grande unos 20 o 25 min, no más porque se rompen.
Se pinchan de vez en cuando con una aguja fina de tejer para evitar también la rotura.
Se pueden comer tal cual, cocidas o fritas.
Una diferencia grande con las de solo arroz es la consistencia. De la misma manera que una rebanada de pan con masa madre no se demiga, una loncha de esta morcilla tampoco.
Bueno, esta receta, como comenté en otro ocasión, está traducida de puñados a medidas reproducibles. Lo hice la última vez que se hicieron hace ya varios años, interponiendo un peso entre el puño de las cocineras y la artesa. Puede que las medidas en otras ocasiones fueran otras, aunque seguro que no demasiado diferentes. De todas formas, cada cual puede ajustar a sus gustos. Según el dicho popular que repetía la abuela: morcilla hermosa (también sabrosa), picante y sosa.
Que os guste