Si me pide Ibán que me tire por un balcón...
pues yo me tiro........panaderilmente hablando, claro.
En la primavera del pasado año inicié mi masa madre con refrescos de harina de centeno. Parecía que ya lo había conseguido cuando, por circunstancias que serían largo explicar, mi MM acaba en un taper guardada en la nevera. Hace 10 días ( si, pasados casi 12 meses
) retomé el tema. El aspecto de la pobrecica era de cemento armado (ya sabéis que la harina de centeno tiene esas cosas). Abrí el taper y ...
no olía a cloaca!!!! ... ácida...muy ácida....MUY, MUY ÁCIDA, eso sí. Unos decían que olía a limones a lo bestia, otros a fresas con vinagre.... Así que
haciendo caso a Ibán, comencé a refrescarla y... et voilá... resucitó como una campeona, mejor incluso que antes. De resultas de esa MM ahora hay tres: blanca, blanca integral y de centeno, cada una con distintos aromas (qué difícil explicar ésto de los aromas). Y unos panes coj...., perdón,.... geniales. Conclusión: Iban, te seguiré como mesías panaderil hasta el resto de mis días..... je, je, je