Base-soporte
En los planos que he encontrado la mesa en que se apoya el horno está construida de bloques de hormigón de 40x20x20cm, y sobre esta una losa de hormigón armado de unos 10cm. Para hacer la losa se fabrica un encofrado con maderas, que se quitará una vez fraguado el hormigón. Se coloca un tablón de madera a cada lado, para que la mezcla no se desparrame, y un contrachapado debajo, tapando el hueco interno del cuadrado que se ha formado con los bloques de hormigón.
Normalmente los albañiles reutilizan esas maderas de un encofrado a otro. Como yo no tenía maderas, y por no comprar un tablero de contrachapado, pensé en hacer una superficie con rasillones, y dejarlos puestos. Si hubiera utilizado un tablero de madera tendría que haber ideado cómo quitarlo, además de apuntalarlo para que aguantara el peso de la mezcla fluida. Los rasillones podría dejarlos allí. Hablando con un albañil me comentó que los rasillones, al calentarse, pueden resquebrajarse. Eso no sería problema, ya que cuando se calentara la losa de hormigón ya estaría fraguada y aguantaría su propio peso. Pero para evitar que cayeran cachitos de rasillón pensé en ponerle una plancha de hierro debajo. Entonces caí en la cuenta de que si ponía la plancha de hierro no necesitaría los rasillones: podía dejarla puesta debajo del hormigón.
Eso fue un error en el que caí cuando fuí a comprar la plancha de hierro de 130x130cm. Como hasta entonces todos los materiales me estaban pareciendo baratísimos (sacos de cemento, bloques de hormigón, etc), pedí la plancha de hierro sin preguntar cuánto costaría. Fueron 41€ + I.V.A. No es muchísimo dinero, pero me pareció mucho en comparación con los otros hierros que había estado comprando. Y en el fondo no es tan caro: pesa 41kg; cuesta 1€/kg. Aproximadamente lo mismo que todos los demás hierros. Pero a día de hoy buscaría otro sistema más barato para soportar el hormigón mientras fragua la losa. Quizá una plancha más fina (aunque esta es de 3mm, bastante fino), o probablemente comprar el tablero de contrachapado y puntales para aguantarlo, que habría tenido un coste menor, menos trabajo y la necesidad de unas herramientas menos especializadas y caras.
Construir la mesa es muy sencillo: no hay más que ir poniendo los bloques de hormigón ajustando un agujero sobre el otro, meter un hierro en el agujero, clavándolo en un hueco que previamente habremos taladrado en los cimientos, y rellenar con hormigón el hueco de los bloques de hormigón.
Preparando mezcla para el soporte, con los hierros clavados en los huecos taladrados por
J.A.I.L., en Flickr
Como mi losa de cimentación está inclinada para evacuar el agua de lluvia, quise ir corrigiendo esa inclinación con un poco de cemento entre un bloque de hormigón y el que se encuentra bajo este. Por eso en las fotos se aprecia que la unión horizontal entre bloques es más gruesa en un lado que en el otro. Aunque este proceso no es necesario: puedes levantar las paredes con un poco de inclinación, ya que la estructura está sobredimensionada y se aguanta perfectamente para la poca altura que tiene. Luego, cuando hagas la losa de hormigón nivelas la cara superior y ya está.
La proporción de la mezcla de cemento:arena era de 1:6, por volúmen. Aquí no hace falta ser tan preciso como con el pan, y el amasado (y el color resultante) es el mismo que una masa de centeno
Mezclando mortero para el soporte por
J.A.I.L., en Flickr
Acabada la segunda fila puede apreciarse que la unión de mortero entre los bloques es más ancha en la pared del fondo que en la que está en primer plano. Además los hierros acabaron inclinándose durante el montaje de los bloques de hormigón porque la losa de cimentación aún no estaba lo suficientemente dura. Esto no tiene mucha importancia, ya que quedarán enderezados cuando se rellenen de hormigón los huecos.
Montando el soporte por
J.A.I.L., en Flickr
Tras acabar la última fila, y rellenar la mitad de los huecos con una
amarra y hormigón, las paredes del soporte quedaron así:
Cuatro filas de bloques por
J.A.I.L., en Flickr
El cemento debe ser regado con agua los primeros días de su secado. Al hacerlo, me di cuenta de que el interior del compartimento no evacuaba agua, con lo que le hice unos agujeros:

Tras construir las paredes, al medir vi que tenían menos de los 140cm planificados. No había puesto llaga de cemento entre un bloque y otro, con lo que el lado medía unos 136~137cm. Eso implicaba tener que disminuir las longitudes de las
amarrasde hierro con las que construir el mallazo, y las planchas de hierro de la parte inferior del encofrado.
Es
muy importante que al utilizar la rotaflex, la línea de corte de la misma no cruce con ninguna parte de nuestro cuerpo, como se ve en la imágen:
Cortando hierros para el mallazo por
J.A.I.L., en Flickr.
Esta foto fue tomada con un teleobjetivo (con mucho zoom), de forma que el fotógrafo estaba a mucha distancia de la herramienta.
También hubo que cortar la plancha de hierro para ajustarla a las nuevas medidas del soporte, la esquina de la misma, el hueco para la salida de cenizas y los perfiles en L y T que soportan las planchas.

Corte de la esquina de la plancha por
J.A.I.L., en Flickr
El corte de todo ese material supuso una pérdida de tiempo importante, además del desgaste de casi 8 discos de metal de la rotaflex.


Discos de rotaflex gastados por
J.A.I.L., en Flickr
Una vez cortado todo el hierro y comprobadas las dimensiones, soldé las amarras entre sí para formar el mallazo, y este a las amarras que sobresalían verticalmente de los huecos de los bloques de hormigón.
Soldando mallazo por
J.A.I.L., en Flickr
Posteriormente me enteré de que esto no es lo idóneo: da demasiada rigidez al conjunto, y hará que el hormigón se raje cuando se dilate a velocidad distinta que el hierro. Lo correcto habría sido formar el mallazo uniendo las amarras con alambre, y dejarlo símplemente apoyado sobre las amarras verticales. En cualquier caso las rajas que me aparecerán no quitarán fuerza a la estructura.
Se coloca el encofrado a forma de molde para que el hormigón aguante en su sitio hasta que frague. También un pequeño encofrado en el hueco de las cenizas (no visible en la foto).
Encofrado para la losa de hormigón. por
J.A.I.L., en Flickr
Se comienzan a preparar carros y carros de hormigón para echarlo dentro del encofrado. Yo preparé más de 7. Al comprar el cemento y la grava pregunté al vendedor del polvero cuántos kg necesitaría para el volumen de mi losa (dato que yo sí conocía). No se qué tipo de cálculo hizo (creo que lo dijo "a ojo de buen cubero), pero me quedé corto a la mitad. Así que tuve que ir corriendo al único sitio que vendía material de construcción y estaba abierto a las 9 de la noche: Leryo Merlín. Desgraciadamente no tenían grava de construcción y tuve que comprarla ornamental, 5 veces más cara.
Hormigón para verter en el encofrado por
J.A.I.L., en Flickr
La última capa la eché de mezcla de cemento y arena (sin grava) muy líquda, para que quedara nivelada. Y la losa se deja fraguar al menos 48 horas (preferiblemente 1 semana).

Hormigón encofrado por
J.A.I.L., en Flickr
Tras fraguar, quité el encofrado y el soporte quedó así:
Tras quitar el encofrado por
J.A.I.L., en Flickr