
La masa de los crumpets es prima de la de los muffins; pero no de los muffins más populares ahora (esa especie de inmensas madalenas dulcísimas llenas de cosas; nueces, chocolate, etc.) sino de los tradicionales muffins británicos, una pieza de pan sencilla, redonda y aplanada, que se hacía también originalmente sobre una plancha. La masa de los crumpets es, no obstante, mucho más líquida; cuenta Elizabeth David en su maravilloso English bread and yeast cookery como autores clásicos decían que la masa de los crumpets había que batirla, "atacarla", con "vivacious turbulence" para que quedara fina. Otro de los trucos (o secretos) de los crumpets es su elaboración. Al igual que los crepes, hay que "pillarles el punto". Si la masa es muy densa, no saldrán los agujeros que harán su textura ligera; si es muy fina, se escapará por debajo de los aros en los que se elabora. Si el fuego está muy flojo, tampoco saldrán los agujeros; si está muy fuerte, se quemarán antes de hacerse por dentro. No es difícil, pero requiere algo de práctica.

Bueno, la receta de crumpets.
Harina de fuerza 125 g
Agua templada 50 g
Leche templada 100 g
Azúcar 15 g
Levadura fresca 7 g (seca 2,5)
Sal 3 g
Levadura Royal 5 g (disuelto en una cucharada agua hirviendo)
Batir la harina, azúcar, levadura, sal, agua y leche hasta tener una papilla suave. Dejar reposar 45 minutos en un sitio cálido, hasta que empiece a burbujear. Enaceitar muy poco la sartén/chapa. Usar un molde de aro de unos 8 cm sobre la sartén. Echar el Royal en la papilla y mezclar hasta que esté disuelto. Verterlo en el molde de aro sobre la sartén casi humeante (se retira del fuego cuando empiece a humear para que se enfríe), llenarlo aproximadamente 1 cm. Dejar que se cuezan unos 3 minutos, hasta que la superficie esté llena de agujeros y la masa casi cuajada por completo, darle la vuelta para que coja un poco de color por los dos lados. Sacar y dejar enfriar un poco antes de servirlos con mantequilla.