Este fin de semana he estado haciendo más pruebas. Después de un primer intento que explotó como una granada, y que tuve que terminar por tirar a la basura, el Sábado hice otra prueba. Amasé y formé como siempre, aunque esta vez no retardé la masa en la nevera, precalenté el horno a 220º, y nada más meter las piezas lo bajé a 200º, y lo mantuve así durante 10 minutos, bajando luego a 180º otros 30 minutos.... y me quedó igual que siempre. Un poco menos churruscada la corteza, eso sí, pero muy crujiente y muy bueno el mismo día, y al día siguiente (ni siquiera hacía 24 horas que estaba horneado), ya tenía la corteza chiclosa, y la miga apelmazada.




De verdad que pensaréis que soy un pesado, pero es que me da mucha rabia, después de haber conseguido que el pan me salga bien, no ser capaz de sacar unas piezas que se mantengan frescas mínimo un par de días.


