
En la primera imagen se ve, más o menos claro, que lo que hago es un rulo de pasta. Cuanto mayor es el rulo, mayor serán los sin nombre (porque no sé cómo se llaman), y yo los he hecho pequeñitos porque me gustan pequeñitos. Con la mesa (en mi caso una tabla, que se manipula mejor) bien llenita de harina de trigo duro y un cuchillo de punta redonda corto piezas de 1 cm aproximadamente. En esta segunda imagen aparece cómo con el cuchillo restriego la masa que he cortado sobre la mesa y hasta el final de la misma, al mismo tiempo que, con el dedo índice de la otra mano, aguanto la pasta por donde comencé a restregar para que quede abierta. El resultado final es este: